La felicidad se basa en momentos, ya lo dije alguna vez. Y cada vez que mi boca besa tu espalda, cada vez que me acaricias el pelo, cada vez que me miras y empezamos a reírnos, soy feliz. Quién narices me iba a decir a mí que en ti,de mis más antiguos y leales confidentes, mi compañero de alegrías y desdichas, con el que compartí tantas paranoias, tantos buenos momentos, tantas juergas y tantos malos rollos, iba a encontrar algo así.No sé si mañana dejaremos de besarnos así o si esto durará algo más, tampoco nos preocupa a ninguno de los dos.Se dice que se puede acabar con la amistad, aunque creo que la nuestra es fuerte para resistir todo eso.A los dos nos apetece, el tiempo dirá.No quiero complicaciones, déjemos que el planeta siga girando.
Cambiando de tema, mañana mismo cojo un bus y, después de 6 horas y pico de viaje, me presentaré en tierras del norte (leáse Navarra y País Vasco) a ver a mis primos, tíos, abuela y demás familia. Y a pasármelo de puta madre. Veo a esa gente una vez al año,pero cada vez que voy me tienen reservada plaza en alguna que otra cena, fiestas y demás.Y eso es de agradecer.Sobretodo si te presentas allí en plenas fiestas puebleriles y hay todo un mundo de perversidades por descubrir.Y si encima vas con la alegría de saber que las has aprobado todas y pasas limpia, que éste tu moreno "flexo de biblioteca"
no ha sido en vano, pues mejor oye. Y a disfrutar que son dos días